
El ser divino
Hasta el más rudo se doblega
ante la ternura de una mujer,
porque ésta además de ser
el sexo débil es un ser divino.
El hombre encuentra en ella
quietud para su existencia,
olvido para sus penas,
tibieza para su alma,
consuelo para su dolor
y aliento para su corazón.
Osmar Lasalvia
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